Estamos ya en el mes de diciembre y dentro de poco nos tocará empezar a pensar en qué hacer con nuestros hijos durante la época de vacaciones, en la que ellos tienen más días libres de los que disfrutar de los que nuestro trabajo nos permite a nosotros. Nos costará entonces hacernos cargo de ellos todo el tiempo, por lo que debemos planificar esa temporada. Muchos niños acostumbran a quedarse bajo los cuidados de los abuelos, quienes les dan todo su amor y además suelen disfrutar de ese tiempo juntos. Pero no todos los padres tienen la posibilidad de contar con los abuelos, bien porque estos ya no estén o porque sean ya mayores y no puedan hacerse cargo de los pequeños.
Los campamentos son una de las grandes opciones para este tipo de casos y están llenos de beneficios. En España, además, tenemos la suerte de contar con una empresa como European Idiomas, que aparte de ofrecer cursos de idiomas en el extranjero de alta calidad, organiza también sus propios campamentos en nuestra tierra, concretamente en Ávila y en Alicante, con sus correspondientes cursos de inglés. Lo bueno de estos cursos es que han sido organizados en parajes incomparables donde los niños pueden aprender a amar la naturaleza, ya que los monitores les organizan actividades al aire libre de carácter lúdico que harán que se lleven un gran recuerdo de ese verano y muy posiblemente les animen a volver y les hagan relacionarse de otra forma con el campo.
Asimismo, no solo jugarán rodeados de naturaleza impresionante, sino que recibirán también de inglés impartidas por profesores nativos o bilingües altamente cualificados y que tendrán un enfoque eminentemente oral y comunicativo para que los chicos practiquen lo aprendido en el colegio de una forma más divertida y motivadora a sus ojos. Los estudiantes de European Idiomas son agrupados en función del nivel que trae cada uno a la entrada del campamento y reciben unas quince horas semanales de inglés de lunes a viernes, clases que, como decíamos, se combinan con actividades culturales y deportivas por las tardes.
Pero no quedan aquí los beneficios de los campamentos de verano para los niños. Aparte de disfrutar de la naturaleza y aprender un idioma o incluso mejorar en un deporte, si es el caso de los que se apuntan a los conocidos como clínics, los jóvenes suelen aprender a comer mucho mejor en estos sitios. A diferencia de lo que ocurre en muchas casas, donde los pequeños eligen el menú o sus padres les preparan otra cosa si lo que está en el plato no les gusta, en los campamentos no hay mucha más opción que el par de platos que preparen en el menú. Está claro que hay una revisión por parte de los organizadores en cuanto al tema alergias o intolerancias, pero si la comida es pescado o verdura no hay un “mamá, esto no me gusta” que valga.
Como decíamos, muchos de estos campamentos combinan también la educación con el deporte, así como los hay específicos centrados en una disciplina deportiva. Los primeros son muy adecuados para los niños que no están acostumbrados a practicar deporte o incluso para aquellos que tienen un cierto sobrepeso. Esto, combinado con un menú sin muchas concesiones, como contábamos en el párrafo anterior, les ayudará a aprender a llevar un estilo de vida saludable. Quizás, al sentirse mejor con esta nueva manera de comer y de disfrutar del deporte, esto les ayude incluso a continuar con estas rutinas una vez vuelvan a casa después del verano de campamento.
Asimismo, este tipo de encuentros vienen muy bien para aquellos pequeños que son tímidos y que suelen tener problemas para relacionarse con otros chicos. En los campamentos, especialmente en aquellos que son otras ciudades, los pequeños no conocen a nadie ni van con otros niños con los que ya tengan una relación previa, por lo que la necesidad, además de las actividades en grupo que organicen los monitores, les ayudará a abrirse a los compañeros y hacer amistades duraderas.