Si algo puede salir mal, saldrá mal

¿Conocéis la Ley de Murphy? Es esa que dice que si se te cae una tostada lo hará por el lado untado de mantequilla o mermelada, que si algo puede salir mal, saldrá mal, que la otra cola siempre es más rápida, que si llevas paraguas no lloverá y si no lo llevas empezará a diluviar y, por supuesto, que si quieres salir de viaje se te estropeará el coche, justo en ese momento.

Eso es lo que me pasó a mí esta semana santa. Todo listo y preparado y tres días antes de irnos se me enciende una luz en el cuadro del coche. Lo que era es un misterio para mí aún a día de hoy pero el caso es que mi taller habitual no sabía darme respuesta en ese momento y se supone que me iba de viaje así que… me corría un poco de prisa. Por recomendación de mi mecánico de confianza llevé mu coche al tallerautobabel.es porque al no encontrarle nada pensó que sería algo eléctrico y en Autobabel están especializados en la electricidad de los vehículos. Y ¡BINGO!, se había estropeado una cosa que ni entiendo ni pretendo entender y entonces había saltado la alarma.

La bromita me costó casi 100 euros, y encima me han dicho que es barato así que no quiero pensar qué me habrían cobrado en otro taller.

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Mi Viaje

Al final pude irme de viaje tal y como tenía pensado pero ya no pude quitarme de la cabeza la Ley de Murphy y eso es muy malo porque entonces empiezas a ver la ley por todas partes y, por tanto, todo te sale del revés que es exactamente lo que me pasó a mí.

  1. Si algo puede salir mal, saldrá mal: Nunca me para la policía, no sé si es el coche o mi cara de lelo pero el caso es que jamás me para la policía para nada y en este viaje, cuando no quería que me pararan porque llevaba equipaje suelto en los asientos traseros (no me cabía todo en el maletero) van y me paran. MULTA.
  2. La naturaleza es perra: La primera noche, tras una larga jornada de montaje de tiendas y demás, nos fuimos a hacer una barbacoa a la zona habilitada para ello. En cuanto prendió el fuego e hicimos las brasas empezó a llover. Esperamos más de hora y media y no paraba así que acabamos saliendo a cenar a las 11 de la noche a un restaurante de carretera cercano al camping. En cuanto llegamos al restaurante dejó de llover.
  3. Un atajo es siempre la distancia más larga entre dos puntos: Teníamos entradas para una visita guiada por la Alhambra y cómo íbamos algo justos de tiempo, pregunté en recepción el camino más corto en coche hasta el parking de la alhambra. Me indicaron perfectamente y salimos en camino. Las obras me cortaron el paso. Llegamos tarde.
  4. Cuando un trabajo está mal hecho, cualquier intento de mejorarlo lo empeora: El segundo día mi hijo y yo construimos un pequeño refugio de piratas con ramas y toallas de playa. Parecía bien sujeto pero había una rama que se nos movía demasiado así que intenté arreglarlo. Calló todo al suelo instantáneamente en cuanto volví a meter la mano. Dos horas de trabajo perdido.
  5. Casi todo es más fácil de romperse que de abrirse: Le compramos a mi hijo en un puesto de la playa una colchoneta gigante y él estaba más contento que unas castañuelas. Fuimos a la playa y nos dispusimos a hincharla pero el plástico que la envolvía era tan rígido que no había manera de abrirlo. Peleamos un rato y al final un chico que estaba al lado nos dejó una pequeña navaja. Me cargué el plástico y la colchoneta, todo de una.

Llegados este punto intenté dejar de pensar en la Ley de Murphy pero el caso es que cada dos por tres nos pasaba algo y yo creo que es todo culpa mía, por pensar demasiado. Al final creo que habría sido mejor no encontrar la solución a la rotura de coche y habernos quedado en casa ¿o no?