Cuantas veces nos habremos hecho esta pregunta, verdad. Son muchos los padres que al llegar el verano se preguntan qué hacer con sus hijos. La mayoría de ellos tiran de sus padres, pero como en mi caso, cuando es imposible, qué se puede hacer. Pues os voy a contar mi experiencia el pasado verano, como lo solucioné yo y lo que pienso hacer en un futuro.
Al llegar el 23 de junio, como todos los años, mis hijos recibieron sus vacaciones merecidas. Y lo digo así porque en el caso de mis dos niños, Carlos y Raúl, no tengo nada que hacer. Han sacado muy buenas notas y han sido un ejemplo durante todo el curso. Y no es amor de madre. Un buen día hablando con otra madre en mi situación, me comentó de una empresa de actividades extraescolares que conocía y donde el pasado año había apuntado a sus hijos.
Se llamaba Macabi, el nombre me sonaba, además de por el equipo de baloncesto, porque era la empresa de actividades extraescolares encargada de realizar las cosas en el colegio. Por ejemplo, los Juegos Escolares, pero también las clases de música, de danza, de gimnasia rítmica, de teatro etc. La verdad es que en lo que es el colegio está muy bien valorada, por lo que no dudé en pedir información sobre sus actividades estivales. Me comentan que estas actividades extraescolares se basan en el apoyo y fomento de la formación educativa en valores como la amistad, compañerismo, afán de superación y respeto a las reglas del juego.
Les apunté a un Campus de Verano. Era la primera vez que iban, y aunque al principio tuve miedo, luego me di cuenta de que era la mejor opción. En mi caso se realizó del 25 de junio al 11 de julio y se dividía en varios grupos. El primero se llamaba Summer Camp y consitía en actividades en la montaña, clases de infórmatica, de inglés, juegos, talleres, cuentacuentos y fiesta en la piscina. Las actividades comenzaban a las 7.45 y estaban hasta las 15.00 horas, justo el momento en el que mi marido ya podía ir a recoger a los niños.
Al mayor, a Carlos, le apunta al Campus de Fútbol, es un enamorado del balón y le hizo mucha ilusión. Se trataba de un campus específico, con entrenadores cualificados y donde se hizo principal hincapié en los aspectos tácticos y técnicos. Incluso tuvieron la visita de jugadores profesionales.
Pero no solo se queda en estos campus de verano. También me comentaron que organizan las comuniones más divertidas con juegos, gymkanas deportivas, hinchables, talleres de pintacaras, globoflexia, música… para que este día sea inolvidable. La comunión de mi hijo Raúl está ya cercana, y quizás les pida presupuesto.
Y otro aspecto a tener en cuenta es que esta empresa de actividades extraescolares para niños en colaboración con la empresa Class Spain, tiene una gran variedad de viajes de estudios al extranjero, en los cuales se puede disfrutar y aprender idiomas. Una opción que estoy valorando de cara al próximo verano. Aunque eso lo tendrá que consultar con mi marido ya que es un paso importante, y además, hay que contar con un respaldo económico.