Acudir al dentista para volver a sonreír en las fotos

¿Eres de esas personas a las que les cuesta sonreír en las fotos? ¿Tus dientes te avergüenzan hasta el punto de no poder esbozar una sonrisa en las fotografías familiares? Visitar una clínica especializada como esta en implantes dentales en Madrid o Barcelona (o en cualquier ciudad grande) puede ser la solución a tu problema. No pienses que sólo eres tú. Al contrario, mucha gente padece este problema. Si nos pusiéramos poéticos podríamos denominarlo como “la sonrisa autoborrada”. El dentista es una de las profesiones médicas que se toman con mayor recelo por los pacientes. Es difícil determinar por qué ocurre así, pero la imagen que se tiene en el imaginario colectivo de esta profesión implica muchas veces que la visita al dentista se dilate hasta las últimas circunstancias, llegando incluso a aguantar un dolor muy grande para no acudir a la clínica.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La salud dental y de la boca supone salud para el resto del cuerpo. Cuando uno tiene dolor en las encías, los dientes o la boca, es habitual que esta dolencia acabe por incidir por completo en su estado anímico, sus relaciones y todo lo relacionado con la forma de estar en el mundo. Un anuncio de la televisión, en el que se trata de vender una pasta de dientes, incide con razón en este tipo de perturbaciones provocadas por el dolor de dientes. “Llegó un momento que me notaba hasta más agresivo”, asegura un hombre de mediana edad, mientras habla de cómo la visita al dentista combinada con esa pasta dental le ayudó a solucionar su problema bucal. “Menos mal que me decidí a acudir al dentista… ¡y al final era una cosa de poco!”, completa el paciente, que está filmado como si se tratase de un reportaje.

Es cierto que, en ocasiones, el miedo al dentista está arraigado en la potencia de la pérdida de piezas. Sin embargo, la pérdida es irreparable si no acudimos, mientras que si nos decidimos a practicarnos una intervención, será solo una sustitución. Por suerte, la estadística indica que cada vez más personas acuden a la clínica de periodoncia en Madrid, Barcelona y el resto de ciudades grandes de España. En nuestras fronteras comienza a haber una concienciación que no existía antes y que consiste en asumir que la salud dental es algo delicado y no una cosa ligera, como se tendía a pensar hace unos años. Un buen mantenimiento de los dientes implica muchos beneficios para la salud, entre ellos el de una buena alimentación y, más allá de beneficios meramente sanitarios, el simple hecho de disfrutar de la comida, algo que a menudo nos tomamos a la ligera, pero que supone uno de los grandes placeres silenciosos de nuestro día a día.

El aumento de los implantes dentales viene dado, fundamentalmente, por un incremento del conocimiento de los métodos y las tecnologías médicas utilizadas en el proceso. No hay nada peor que el desconocimiento, que genera miedo y recelo en la población, y puede provocar una reticencia inicial a someterse a este tipo de procesos, que resultan tan beneficiosos para la solución del problema dental en cuestión. Por si existen lectores que aún no conocen cuál es el proceso seguido en la periodoncia, este proceso médico dental se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las afecciones de las encías y las superficies de soporte de las piezas dentales. Las principales afecciones, en este caso, son la gingivitis, periodontitis, una infección bacteriana también denominada piorrea. Existen varios factores que contribuyen a que la periodontitis se manifieste, principalmente el estrés, la genética, pero también factores externos y personales como la genética o el consumo de tabaco.

El tratamiento más efectivo se basa en un proceso. Primero se efectúa un pequeño raspado y alisado que se lleva a cabo tras aplicar anestesia local. Esta actividad sirve para eliminar la placa de sarro adherida a la raíz y la encía. Después, se puede llevar a cabo, si fuese necesario, una pequeña cirugía destinada a la limpieza total de la zona para que vuelva a su estado de perfección. La periodontitis se cura, pero para ello hay que perder el miedo a acudir al dentista.