Turismo urbano en edificios históricos

Siempre decimos, y aseguramos, y seguiremos haciéndolo, que en esta web amamos y nos encanta la naturaleza. Pero, como es lógico, no todo puede ser espacios abiertos, campos verdes, montañas con senderos que caminar y, en definitiva, y no por repetirnos, naturaleza. A los amantes de lo natural también nos gusta disfrutar de los viajes, de las ciudades y de una buena estancia en un hotel cuando nos desplazamos. En la variedad está el gusto, dicen. Barcelona es siempre una gran opción para pasar unos días, mucho más incluso si tenemos la opción de alojarnos en alguno de los edificios de la cadena Mercer Hoteles.

La cadena no oculta su característica principal, casi una política de empresa y de existencia: ubicar sus hoteles en emplazamientos con alto interés cultural, patrimonial o artístico y social de sus ciudades. La importante carga histórica de los edificios en los que se sitúan sus tres hoteles demuestra esa vocación de “reocupar” edificios con pasado para evitar que se pierdan en el olvido. Dos de ellos se elevan en el centro de la ciudad de Barcelona, Mercer Barcelona y Mercer Bòria BCN, en pleno Barrio Gótico, uno de los principales atractivos turísticos de la capital catalana. El resto se reparte entre Vilafranca del Penedès (Mercer Hotel Casa Torner i Güell), ciudad que conecta con la propia naturaleza a través de su tradición vinícola, y Sabadell, población en la que podemos alojarnos tanto en sus agradables apartamentos y lofts, construidos en el interior de una antigua fábrica textil como en el denominado Mercer Hotel Arrahona, sobre los muros de la antigua fábrica que lleva el mismo nombre.

Sabemos que nuestros visitantes y lectores siempre están deseando que lleguen los días libres en los que poder efectuar una escapada a la naturaleza. No obstante, si la climatología no acompaña, la época del año no lo aconseja, o simplemente apetece cambiar un poco las rutinas, la ciudad ofrece multitud de alternativas, muchas de ellas compatibles con el amor a los grandes espacios abiertos e incluso a la convivencia con la naturaleza. Es evidente que hay prácticas que han quedado asociadas directamente con la necesidad del espacio natural para su realización. Sin embargo, ¿quién dice que no se puede hacer una ruta por el centro de una ciudad? Las calles de Barcelona, por ejemplo, ofrecen un campo perfecto para caminar y entrenar el arte del senderismo a través de un espacio urbano. ¿Por qué no combinar las rutas exteriores naturales con los caminos interiores entre los edificios? Además, las ciudades ofrecen la apetecible actividad del turismo a pie.

En el futuro, la empresa hotelera Mercer Hoteles tiene prevista la apertura de tres nuevos centros turísticos. Por primera vez, la expansión de la firma alcanzará territorios fuera de la provincia de Cataluña. Córdoba y Sevilla serán testigos de dos nuevas aperturas, a las que se sumará un nuevo edificio en la localidad de Allela (Barcelona), concretamente en una edificación modernista con un amplio jardín, rehabilitado con maestría por los arquitectos Cruz y Ortiz. Por su parte, en la comunidad autónoma de Andalucia se abrirán el Mercer Hotel Casa Palacio Castelar (Sevilla) y el Mercer Hotel Palacete de los Burgos (Córdoba). Para ambos se ha contado con el inestimable trabajo de restauración y rehabilitación de los edificios que han realizado los arquitectos Cruz y Ortiz. El emplazamiento sevillano ocupa el espacio que lleva el mismo nombre que el hotel, un edificio que data de 1930 y que se encuentra en pleno centro de la ciudad, muy cerca de puntos de interés como la Plaza Nueva, la Plaza de Moviedro o la plaza de toros de La Maestranza. En el otro lado, el edificio situado en Córdoba ocupará la fachada restaurada de un palacete modernista de finales del siglo XIX a pocos metros de la Mezquita, principal atractivo turístico de la ciudad, en el barrio judío.

Si estás buscando un emplazamiento y una atención de lujo para tu descanso o tu escapada urbana, Mercer Hoteles aúna con inteligencia la tradición y la modernidad, lo contemporáneo y el respeto a la arquitectura como un elemento primordial de nuestra identidad socio cultural conjunta. ¿Quién no quiere viajar así?