Algunos de nosotros nos estamos decantando por dejar la ciudad para irnos a vivir al campo, ya sea a chalés unifamiliares o a casitas adosadas. Buscamos cambiar de aires, respirar precisamente aire puro, estar mucho más tranquilos que en la ciudad, sin atascos, sin ruidos, sin obras cerca… Pero no siempre ocurre así y a veces nuestros vecinos del campo pueden llegar a ser incluso peores que los de la ciudad. Por lo que os recomendamos desde ya mismo que os mudéis allá donde haya un administrador de fincas si tenéis más casas alrededor, y si es en algún pueblo de los de Madrid, lo mejor que os puede pasar es que lo lleve la empresa MBR Administradores, muy buenos profesionales y que siempre están ahí para ayudarnos con lo que precisemos.
Y es que si creéis que no hay problemas cuando te compras un chalé o una casita adosada en un lugar de vacaciones o de descanso como lo pueden ser el campo o la playa, no hace más falta que ver lo que le ha pasado a la ex ministra de Defensa del Partido Socialista Carme Chacón. La diputada catalana se dice víctima de una persecución por razones ideológicas por parte de sus vecinos de su chalé en la playa, en Almería, porque instaló una pérgola y el ala más cercana al Partido Popular no deja de ponerle pegas por no haber solicitado permiso para este tipo de instalación, muy similar a la que ya poseen otros vecinos.
Asimismo, este no puede ser el único inconveniente para el que es clave contar con un administrador de fincas que nos asesore y ponga orden. Uno de los más importantes y que causa más problemas es el del ruido. Cuando uno está en su chalé tan tranquilamente lo que menos le apetece es escuchar los gritos de los niños del vecino jugando, o el ruido que muchos hacen cuando se ponen a chapotear entre varios en la piscina. Otros puede que ser que tengan animales o perros que ladren mucho por las noches y no nos dejen dormir. O incluso algunos se dedican a organizar fiestas al aire libre en sus jardines y resultan molestos para el descanso de los del otro lado de la valla. En este sentido, enfrentarse con los vecinos supone un palo muy grande que es mejor evitar y simplemente pedir al administrador que establezca normas o les solicite un buen comportamiento mediante alguna comunicación, como puede ser un correo electrónico.
Una anécdota
Para que os hagáis una idea de la de problemas que pueden llegar a surgir incluso entre personas que viven en casas totalmente independientes pero en fincas contiguas, os cuento una anécdota que me relató un amigo el otro día, que venía totalmente indignado por una acción de su vecino. Resulta que el hombre de la casa de al lado se puso a cortar el césped con uno de estos aparatos que son similares a pequeños tractores, donde van sentados y se conducen. Pues bien, como tenía prisa, el señor retiró la caja que recoge la hierba del aparato para no tener que pararse a vaciarla de vez en cuando y así ahorrar tiempo. A él puede que le diese igual que la hierba, no especialmente triturada, cayese sobre su terreno. Quizás pensase que le podría servir de abono. Pero nada más lejos de la realidad. El caso es que esta acción, en un terreno seco, produjo tanto polvo y levantó tanto los trocitos de hierba que mi amigo estuvo dos semanas enteras limpiando la piscina dos veces al día y seguía saliendo suciedad. Pero ¿qué hacer? No quería tener problemas con el vecino, así que le pidió a la administradora de fincas que estableciese una norma sobre esto y ya está solucionado.