El 80% de trabajadores que eligen la acampada, bien sea libre o en camping, como forma de tomar las vacaciones de verano aseguran que lo hacen porque estar en contacto con la naturaleza y volver, en cierta medida, a la vida básica les relaja y desestresa de cara al nuevo año laboral.
Este es un dato que investigando he podido encontrar por Internet y que data de 2008, no creo que haya variado mucho en estos 6 años que han pasado pero por si fuera de otro modo he preguntado a varios asiduos a este hobbie nuestro y me he encontrado con varias opiniones al respecto, aunque todas coinciden en que sí que se relajan y vuelven a casa con más ganas de afrontar los retos.
Un ejecutivo de alto nivel me contó que antes de irse con su familia a un camping del sur de España este verano estaba muy agobiado porque las naves y oficinas donde trabajan hasta ahora se les vencía el contrato de arrendamiento y las condiciones para el nuevo contrato no eran, ni por asomo, parecidas a las que tenían y necesitaba una solución rápida que no acabara con los beneficios de su empresa. El caso es que estando en dicho camping e intentando olvidarse de todo durante 15 días conoció a un trabajador de Area, una empresa dedicada al asesoramiento y la consultoría inmobiliaria cuya especialidad es la inmobiliaria de empresa. A ver, está claro que esto fue una casualidad pero lo importante es que solucionó aquello que tantos dolores de cabeza le estaba produciendo porque en Area encontró lo que buscaba, nuevas naves y nuevos despachos de oficinas donde ubicar su empresa a un alquiler aceptable.
Otro joven empresario respondió a mi pregunta diciéndome que no se trataba estar de vacaciones o de disfrutar de la familia, que también, sino que a él lo que le servía era entrar en contacto con el campo, con la diversión de hacer una comida con utensilios de acampada, con la idea de que si olvidas algo tendrás que improvisar porque en el campo no tienes una tienda donde comprar aquello que olvidaste.
A mí esto me llevó a pensar en que estaba un poco equivocado porque actualmente todos los campings cuentan con tiendas y/o supermercados que tienen los artículos de necesidades básicas e incluso algunos otros que son más caprichos que otra cosa pero entonces me aclaró algo: todo depende de lo que busques y cómo te lo montes. Según él, si se iba de acampada no era para entrar en tiendas sino para estar entre árboles y por eso los supermercados del camping no le servían de nada.
Yo no sé hasta qué punto esto puede servir más que alojarte en un hotel de cinco estrellas y que te lo den todo hecho porque, siendo sinceros, eso también tiene que relajar muchísimo y en mi opinión simplemente depende de gusto, y para gusto los colores, pero ¿qué opináis vosotros? ¿Relaja más una acampada en familia que un spa?