La importancia de que una ruta esté rehabilitada

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Nunca he sido una persona temeraria. Me gusta la aventura, sí, pero siempre con cabeza. Ahora que estoy a punto de cumplir 34 años (me faltan apenas tres días), veo todavía más claro lo importante que es hacer las cosas con seguridad. Siempre me ha gustado el turismo entre montañas, perderme en la naturaleza, hacer senderismo, respirar aire limpio y sentir que desconecto del mundo. Y había una ruta que llevaba años llamándome: el Caminito del Rey.

Seguramente, si tú también eres amante de las rutas y la naturaleza, habrás oído hablar de este sitio. El Caminito del Rey está en Málaga, en el desfiladero de los Gaitanes. Y, aunque ahora es uno de los lugares más visitados de Andalucía, durante mucho tiempo fue conocido, más que por su belleza, por su peligrosidad.

 

Me daba mucho miedo hacer el Caminito del Rey

No te exagero si te digo que durante años le tuve respeto, y bastante. No solo eran rumores o leyendas. Hubo muertes allí. De hecho, a finales de los años 90 y principios de los 2000, el Caminito del Rey era considerado una de las rutas más peligrosas del mundo. Era un paso construido en las paredes del desfiladero, que en su momento servía para que los operarios de la central hidroeléctrica cruzaran de un lado a otro. Con los años, el hormigón se fue desmoronando, las barandillas desaparecieron, y lo que quedaba era un sendero roto, sin protección, a más de 100 metros de altura.

Varias personas murieron intentando cruzarlo. Y no hablo de uno o dos casos aislados. En 1999 y 2000, murieron al menos cuatro excursionistas. El riesgo era real, no era un mito para asustar a turistas. De hecho, cerraron los accesos, pero eso no evitó que algunos siguieran entrando de forma ilegal. Y claro, los accidentes siguieron pasando.

Cada vez que pensaba en hacer esa ruta, me frenaba el miedo. No quería ser una cifra más. No quería ser una noticia más en los periódicos. Así que, año tras año, lo iba dejando.

Hasta que, gracias a Dios, lo rehabilitaron.

 

Cómo cambió todo tras su rehabilitación

En 2015, el Caminito del Rey reabrió sus puertas, completamente rehabilitado. Y no fue una chapuza. Hicieron un trabajo impresionante, respetando el entorno natural pero garantizando la seguridad. Construyeron una nueva pasarela de madera encima de la antigua, instalaron barandillas, cables de vida, zonas de apoyo. Lo adaptaron para que cualquier persona en buena forma pudiera disfrutarlo sin arriesgar su vida.

Y entonces, sí. Por fin me animé.

Cuando caminas hoy por el Caminito del Rey, sientes emoción, claro. No deja de ser una pasarela suspendida en un desfiladero. Pero ya no tienes ese miedo paralizante que había antes. Disfrutas del paisaje, del río que corre abajo, de las paredes de roca que te rodean. Todo con la tranquilidad de saber que estás en un recorrido seguro, que ha sido pensado y rehabilitado para protegerte.

Para mí, esta experiencia me abrió los ojos. Me hizo pensar en la importancia de que las rutas que usamos para conectar con la naturaleza estén rehabilitadas, cuidadas, adaptadas. Porque la aventura no debería ser sinónimo de jugarse la vida.

 

Otras rutas que han cobrado vidas

El Caminito del Rey no es un caso aislado. Hay muchas rutas en el mundo, y también en España, que se han cobrado vidas por falta de mantenimiento o por ser simplemente demasiado peligrosas sin las medidas adecuadas.

Por ejemplo, en el Mont Blanc, la montaña más alta de Europa Occidental, mueren cada año entre 30 y 40 personas. Es una cifra tremenda. Muchos de esos accidentes se deben a la falta de preparación o a rutas mal señalizadas o mal mantenidas.

En el Barranco de Masca, en Tenerife, hubo también numerosos rescates y accidentes antes de que se decidiera cerrar la ruta y rehabilitarla. Ahora, después de su reapertura, el camino está mejor acondicionado y se controla mucho más el acceso, para evitar desgracias.

El Sendero del Cares, en los Picos de Europa, otro de los más espectaculares de España, también ha tenido accidentes mortales. Es una ruta preciosa, pero exige una mínima preparación, y no todo el mundo lo sabe. Afortunadamente, también se han hecho labores de mantenimiento para mejorar la seguridad.

Y así podríamos seguir. La naturaleza es preciosa, pero no podemos olvidarnos de que también puede ser peligrosa si no tomamos las medidas adecuadas.

 

Empresas necesarias para poder disfrutar con seguridad

Todo este trabajo de rehabilitación y adecuación de rutas no se hace solo. Hay empresas especializadas que se encargan de integrar soluciones técnicas sostenibles con el entorno, sin destrozarlo, pero haciéndolo más seguro. Una de ellas es Orbemedioambiente.

Este tipo de empresas trabajan para adaptar los caminos a las necesidades reales de los usuarios. Rehabilitan senderos, instalan sistemas de protección, acondicionan los accesos. Todo ello buscando siempre que el impacto ambiental sea el mínimo posible, respetando la flora y la fauna del lugar.

Gracias a empresas como Orbemedioambiente, miles de personas podemos hoy disfrutar de lugares como el Caminito del Rey sin miedo, de forma responsable, conectando con la naturaleza como debería ser: en paz, no en tensión.

Y no solo trabajan en sitios turísticos famosos. Muchas rutas rurales, senderos de montaña y caminos de acceso a espacios naturales son rehabilitados por profesionales que entienden que no se trata solo de poner una pasarela o una cuerda, sino de estudiar bien cada caso para adaptar las soluciones de manera sostenible.

Si no fuera por ese trabajo, muchas rutas seguirían siendo inaccesibles, o seguirían cobrándose vidas. Algo que, sinceramente, en pleno siglo XXI, me parece totalmente evitable.

 

¿Sabías que algunas rutas siguen abiertas aunque son peligrosas?

Una cosa que me sorprendió muchísimo cuando empecé a investigar más a fondo, es que todavía hoy hay rutas que siguen abiertas al público aunque son muy peligrosas. No todo lo que está abierto es necesariamente seguro.

Algunas rutas extremas, como el Huayna Picchu en Perú o la Half Dome en Yosemite (Estados Unidos), requieren permisos especiales y una buena preparación, pero aun así cada año hay accidentes. En España también pasa. Hay caminos en zonas de alta montaña, o barrancos poco acondicionados, donde el riesgo es evidente pero no están oficialmente cerrados.

Esto no quiere decir que no debamos hacer rutas exigentes o emocionantes. Pero sí significa que la responsabilidad es en gran parte nuestra. Investigar, informarse y entender el nivel de riesgo antes de lanzarse es clave. No podemos asumir que, porque algo está abierto al público, es seguro para todo el mundo.

A mí esto me cambió la mentalidad. Antes daba por hecho que si un sitio era turístico o conocido, sería accesible y seguro. Ahora sé que no siempre es así. Y por eso, cada vez que planeo una ruta nueva, me lo tomo muy en serio.

 

Consejos para investigar antes de hacer una ruta

Después de vivir la experiencia del Caminito del Rey rehabilitado, me he vuelto más consciente todavía. No solo me dejo llevar por las fotos o por los comentarios de “es precioso”. Antes de hacer una ruta, investigo bien. Y si tú también amas la naturaleza y el senderismo, te recomiendo que hagas lo mismo.

 

Aquí te dejo algunos consejos básicos que yo sigo ahora:

  • Consulta la web oficial de la ruta, si existe. La mayoría de rutas populares tienen página donde informan de las condiciones del camino, el estado de mantenimiento, las restricciones de acceso, etc.
  • Lee opiniones recientes de otros excursionistas. Las webs de senderismo o incluso Google Maps suelen tener reseñas actualizadas.
  • Infórmate sobre el nivel de dificultad. No todos los caminos son para todos los niveles. No te fíes solo de las fotos. Pregunta o investiga si es apto para tu forma física.
  • Mira el pronóstico del tiempo. Muchas rutas son peligrosas si llueve o si hay viento fuerte.
  • Lleva el equipamiento adecuado. Esto incluye calzado de montaña, ropa cómoda, agua, protección solar, y en algunas rutas, incluso casco o arnés.
  • Comprueba si es necesario reservar o pedir permiso. En sitios como el Caminito del Rey, necesitas reserva previa.
  • Avisa a alguien de tu ruta si vas solo. Siempre es buena idea que alguien sepa dónde estás.
  • No te salgas de las rutas marcadas. A veces por querer hacer una foto mejor o por ahorrar tiempo, la gente se sale del camino y eso es peligrosísimo.

 

NO te pongas en peligro y disfruta con cabeza

Mucha gente todavía piensa que “el riesgo forma parte de la aventura”. Yo, sinceramente, creo que el verdadero espíritu aventurero es disfrutar de la naturaleza con respeto y cabeza. No hay ninguna necesidad de jugarse la vida para hacer una ruta bonita.

Si un camino está cerrado, está cerrado por algo. Si una ruta avisa de peligro o requiere equipamiento especial, no es un capricho. Es por tu seguridad. No se trata de ser un paranoico ni de tener miedo de todo. Se trata de ser consciente, de valorar tu vida, y de entender que el mundo natural es impresionante pero también implacable si no se le respeta.

Gracias a la rehabilitación del Caminito del Rey, he podido cumplir un sueño pendiente de años. He podido caminar suspendida sobre un desfiladero espectacular, sentir la emoción, y volver sana y salva a casa. Y eso es, para mí, la mejor aventura posible.

Ahora, cada vez que planeo una nueva ruta, no solo pienso en la emoción de llegar a la cima o de cruzar un barranco. Pienso en hacerlo de manera segura, respetuosa, y disfrutando de cada paso sin tener que mirar hacia abajo con terror.

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