Los movimientos sociales acaparan páginas de periódicos y minutos de televisión. Son cada vez más las personas que se unen para reclamar un mundo mejor y que crean sus propias iniciativas y asociaciones para luchar por un planeta más justo y sostenible, como es el caso de Generación Humana, una ONG que busca defender la democracia y los derechos gracias al poder de la gente. En esta asociación quieren acabar con la pobreza y la exclusión en nuestro país pero también en el mundo, influyendo en los gobiernos gracias a la democracia y a sus cinco principios: identidad, libertad, participación, independencia y creatividad.
Pero como decíamos, la naturaleza es uno de los focos de atención de las personas que buscan que buscan un mundo más justo y sostenible. El planeta y sus mares y montañas importan, y mucho. El movimiento ecologista, que busca la conservación y regeneración de los recursos naturales, así como la preservación de la vida silvestre y la reducción de la contaminación y la mejora de la vida urbana, nació a mediados del siglo pasado y desde entonces no ha dejado de crecer entre aquellos que defienden la sostenibilidad del planeta.
El ecologismo está también dentro de los programas de muchos partidos políticos para animar a sus votantes a decantarse por ellos, especialmente a aquellos que se encuentran concienciados con su cuidado. De hecho, proliferan también organizaciones verdes que reúnen bastantes escaños, especialmente en países del norte o aquellos más sensibilizados, como es el caso de Alemania. Allí, hace algunos años, se llegó a crear un debate nacional después de que fuese encontrada una plantación de árboles en un bosque del sur del país que tenía la forma de una esvástica (hecha a propósito, claro está). Los alemanes se dividían entre los que se decantaban por cortar aquellos árboles para eliminar el símbolo nazi y los que desestimaban la acción por negarse a la tala.
España no ha sido ajena a estos movimientos y ha buscado también la sostenibilidad de su país a través del cuidado de la naturaleza. Lo vemos frecuentemente con noticias acerca de las protestas de muchos grupos las construcciones a pie de playa y algunas aberraciones históricas en la costa o, más recientemente, la polémica generada por las prospecciones cercanas a las Islas Canarias, que incluso llevarán a una consulta entre los ciudadanos, ya que algunos apuestan por la creación de trabajo y riqueza sin tener en cuenta el daño al planeta y aquellos que se niegan a la mismas debido a esto.
A nuestro país el movimiento llegó allá por las años setenta, cuando se popularizó el uso del coche entre la clase media y las familias comenzaron a desplazarse bien hacia la playa, donde muchos compraron una segunda vivienda, como hacia el campo, donde se preparaban comidas y barbacoas sin preocuparse por los desperdicios generados.
Afortunadamente, en la actualidad existe concienciación y regulación incluso por parte del gobierno, algo que nos da una idea de la importancia que han llegado a cobrar este tipo de movimientos en todo el mundo y en nuestro país. Los niños reciben también incluso educación medioambiental en la escuela y muchas ciudades organizan talleres y aulas medioambientales, así como excursiones a granjas escuela para que conozcan la importancia de todos los elementos que conforman el ecosistema.
Ya lo sabéis, la concienciación y los movimientos bien organizados y con ganas, como es el caso de Generación Humana, pueden cambiar el mundo, como ha sucedido en los últimos años con las acciones de activistas como los de Greenpeace. Ahora que estamos en la senda de buscar un mundo y mejor y con mayor concienciación del poder humano, algo que está despertando la crisis, es clave no perder esta sensibilización y aprovecharla para cuidar de la naturaleza, especialmente entre aquellos que la amamos y que deseamos dejar un mundo en condiciones a los que vendrán después.