Escapada a Badajoz

Badajoz, la capital de la provincia de mismo nombre, es esa ciudad olvidada por el turista. Ciudades más visitadas por su historia o popularidad como la misma Cáceres capital o Mérida, con sus ruinas romanas, dejan a la sombra a esta pequeña gran ciudad. Con tan una población de poco más de ciento cincuenta mil habitantes, la capital extremeña, es la más poblada de la comunidad.

Con tan poca gentrificación, cerca de zonas rurales de moda, a un paso de Portugal y con todo lo que un turista puede desear conocer, está ciudad, puede ser el lugar ideal para disfrutar de una escapada. Desconectar, conocer otros aspectos de la provincia y visitar lugares que, solamente Badajoz, posee.

Nuestros amigos del hotel Condedu, nos han contado los lugares que no puedes dejar de ver en esta tierra donde la chanfaina, no puede faltar. Así que vamos a darnos un paseo por esos lugares típicos que no puedes olvidar si te decides a visitar esta pequeña parcela de Extremadura.

La alcazaba árabe

Las dimensiones y conservación de esta muestra de la arquitectura árabe, cuya muralla y torres, aun intactas, fortifican la edificación, la convierten en una de las más importantes de Europa. Construida en el siglo XII por los almohades, hay expertos que la datan unos siglos antes, el siglo IX.

Fue construida a orillas del Guadiana, limitando con la frontera de Portugal por ser considerada en aquellos tiempos, una zona estratégica para el pueblo musulmán.

Situada en un cerro sobre el que se asienta su estructura oval y firmemente amurallada, cuenta con esa estructura sólida, sus torres para defender la fortaleza y todos los detalles que la convirtieron en su momento en un asentamiento destacado en la cultura musulmana.

La Torre del Espantaperros

Símbolo indiscutible de la ciudad, la Torre del Atalaya, conocida como la Torre del Espantaperros por los extremeños, recordará a muchos a esa sevillana Torre del Oro. Esta construcción anterior a la sevillana, fue origen de la misma. Los arquitectos de la época, tomaron como modelo la estructura pacense.

En su interior alberga un palacio, el de los Condes de la Roca, actualmente cedido y convertido en un museo para el deleite de los turistas.

La Plaza Alta

Custodiada por la Torre del Espantaperros, esta plaza está considerada como una de las diez plazas más bonitas de España. En ella se celebraban, como no podía ser de otra manera, los mercados medievales.

La rehabilitación a la que ha sido sometida, mantiene toda su esencia e historia. En la misma plaza se encuentra la Casa Consistorial y aledaña a ella, la Alcazaba árabe.

Catedral de Badajoz

Construida entre los siglos XIII y XVI, esta joya de la arquitectura gótica y románica, se alza sobre la Plaza de España con sus tres pasillos y doce capillas. Una visita que no se pueden perder los amantes del arte, pues en su interior, se encuentran verdaderas joyas.

Desde una pila bautismal de alabastro del siglo XVI, hasta un relieve, por igual de alabastro, que retrata la Virgen con el niño. Encargo realizado por el propio responsable de la catedral en el siglo XV y considerada una obra renacentista por excelencia.

Plaza de España

No existe ciudad de España que no cuente entre sus plazas con una que posea su nombre. En Badajoz no iban a ser menos. A los pies de la catedral y el Palacio Municipal, desembocan numerosas calles, las principales del casco antiguo de la ciudad.

Durante toda la historia de Badajoz, este ha sido el punto central de la ciudad. Desde mil novecientos veinticinco, la Plaza de España cuenta en su punto central con una escultura que hace honores al pintor pacense Luis de Morales.

La giralda de Badajoz

También conocida como la giraldilla. Si Sevilla utiliza la Torre del Espantaperros como modelo de su Torre del Oro, los pacenses, tomaron la Giralda como monumento a copiar. La réplica casi exacta, fue levantada en el siglo XX para convertirse en unos grandes almacenes llamados La Giralda.

Vendida a Telefónica por los herederos de su propietario, está la restauró dejándola como un monumento que a sus visitantes, no dejará indiferente.

La ermita de la Virgen de la Soledad

Ubicada donde se encontraba la ermita original, se encuentra esta construcción moderna que alberga a la patrona de Badajoz.

La ermita original, levantada en el siglo XVII, recibió numerosos impactos de la artillería durante el sitio al que fue sometido Badajoz durante la Guerra de la Independencia.

Debido al mal estado en que quedó durante la guerra y el deterioro posterior, finalmente fue demolida para construir la que ahora podemos contemplar.

La Puerta de Palmas

Emblema de Badajoz y monumento representativo de la ciudad, está compuesta por dos torreones cilíndricos coronados por sus almenas. Su aspecto sólido, resulta imponente al contemplarlo.

La parte baja de los torreones se encuentra bordeada por sendos cordones, grabados en la misma piedra, algo que resulta tan curioso como singular en este tipo de construcciones. Un escudo de Carlos V con una inscripción en la que menta al emperador y al rey Felipe II, aluden al año de inauguración.

El puente de Palmas

Este puente, antecede a la Puerta del mismo nombre. Unifica la ciudad con los barrios de la periferia, cubriendo sus pasos sobre el rio Guadiana. Levantado en el siglo XVI, cuenta con treinta y dos arcos a lo largo de más de medio kilómetro y trece metros de altura.

Otros lugares de interés

Arquitectura y monumentos aparte, Badajoz cuenta con una lista de museos que no puedes dejar de visitar si haces una escapada a esta tierra que bebe de la cultura musulmana. Sus raíces permanecen en sus calles, cuyos empedrados recuerdan a otras épocas.

Degustar la peculiar y personal gastronomía pacense es otra de las muchas cosas que puedes hacer en la ciudad. Sus típicos desayunos o los embutidos de la región, junto a los caldos de la zona, hacen de su oferta culinaria algo diferente y tradicional.

Cultura y tradición son la insignia de esta pequeña ciudad, que aun siendo capital de provincia, mantiene toda su esencia. Sin duda, su singular belleza, no deja indiferente a quien la visita.