Yo no sé vosotros pero yo una de las cosas que hago cuando me voy de camping a una ciudad que no conozco es probar su gastronomía. En Burgos la morcilla de arroz, en Santiago su famosa tarta y ahora que me voy a Galicia quiero probar su pulpo. Ya me he informado de cuál es el mejor camping para tal cometido porque me han dicho que esta pulpería en Ourense, que tiene servicio de catering, es buenísima, y he encontrado un camping en el que tienen contratados sus servicios.
Antes de irme a cualquier parte y antes de contratar plaza en ningún sitio me informo de estas cosas porque antes de convertirme en toda una experta en acampada tuve malas experiencias por las que no quiero volver a pasar, la verdad.
Una de las veces, en un camping situado en el levante español, tuve que comer tres días de la misma comida, y no porque no me gustara lo que había sino porque no había nada más así que no tenía demasiada opción y yo soy de las que suele ir al restaurante de la zona de acampada a comer como mínimo, las cenas a lo mejor ya las hago más ligeras en la tienda o en la casita de madera, depende de dónde me quede en esa ocasión. Otra vez comí dos veces en un restaurante buffet donde se notaba que todo estaba recalentado… no, peor que eso, estaba re-re-re-re-recalentado, asqueroso.
Desde entonces me informo muy bien de los establecimientos hosteleros que hay alrededor, de si el camping tiene restaurante para sus alojados y de si la cocina es propia o encargan la comida a un catering y en este caso me han dicho que se encarga de dar servicio el Catering A Morena y, por lo visto, es buenísimo y son muy famosos por sus platos de pulpo así que estoy encantada.
El pulpo a la gallega es un plato tradicional gallego que, aunque se ha generalizado por toda España, nadie lo hace como ellos. Es como la paella valenciana, puede que se coma en todas partes dentro de nuestras fronteras, e incluso fuera, pero como en la Comunidad Valenciana no la vas a comer en ningún sitio, por mucho que se empeñen.
El plato en sí consiste en pulpo limpio cocido, a fuego lento para ablandar su carne, a veces congelado días antes para ablandar también el nervio y otras golpeado varias veces contra una superficie rígida. El cocido de pulpo se hace tres veces, es decir, se introduce en agua hirviendo durante escasos segundos y se saca, así tres veces. A esta técnica se denomina “asustar” y ayuda a que conserve su piel una vez esté cocido. Luego se deja cocinar, se corta en rodajas y se sirve espolvoreado de pimentón dulce y picante en la superficie con aceite de oliva. Bajo él se suele poner una cama de patata hervida que acompaña al pulpo como guarnición.
A mí me encanta el Pulpo a la Gallega y por eso me he tomado tantas molestias en encontrar a alguien que realmente sepa hacerlo y servirlo, porque quiero disfrutarlo en todo su esplendor.