Una acampada segura

En mi familia llevamos ya varios años yéndonos de acampada cada vez que podemos. Viajar está genial, y los hoteles 5 estrellas mejor aún, pero la conexión con la naturaleza y la libertad que da acampar con una buena tienda en medio de árboles es una sensación que no puede darte ningún otro tipo de alojamiento. Además, hay que ser realistas, acampar es mucho más económico que salir de viaje así que al final… todos salimos ganando.

De hecho, gracias a ese ahorro hemos pasado de poder hacer un viaje anual a hacer dos o tres escapadas al año, dependiendo de a dónde decidamos encaminarnos, y eso al final es mayor desconexión laboral, mayor relajación y más tiempo en familia para disfrutar de los tuyos. Ahora bien, tanto viaje ha traído consigo un problema que jamás pensamos que podríamos tener: los robos.

Vivimos en un barrio humilde de clase media obrera (o clase baja como dicen ahora los expertos que aseguran que si eres obrero no puedes ser de clase media) que jamás había tenido problemas con los robos, hasta ahora. De un tiempo a esta parte los “amigos de los ajeno” hacen pocas distinciones entre las viviendas más adineradas y las más humildes y ahora ya entran a robar a cualquiera (siempre y cuando vean que no hay actividad). En cuestión de un año hemos vivido dos persecuciones de la policía para detener a un ladrón que había entrado por ventanas y azoteas a viviendas que, en ese momento, estaban vacías. Y, por si eso fuera poco, frente a nuestro edificio entraron a robar en dos viviendas hace menos de un mes.

Nosotros somos propietarios del primero, un piso al que se puede acceder prácticamente de un salto desde el edificio de al lado y que, además, al estar a tan poca altura y tener un pequeño balcón, según dice la policía, es todo un objetivo.

¿Nos quedamos en casa el mes que viene o nos arriesgamos?

El mes que viene, en el puente del pilar, queremos ir hacia el norte, estamos barajando la posibilidad de ir a un camping en Toledo o quedarnos en Cuenca, la ciudad de las casas colgantes, y tenemos tanto miedo de que puedan entrar que se nos están quitando las ganas de cargar el maletero del coche y poner rumbo a ninguna parte. Es por eso por lo que estamos pensando en instalar una alarma que ahuyente un poco a los ladrones: imagino que antes de entrar en una vivienda con alarma entraran en una que no tenga ¿no?

A través de PepeAl, el comparador de alarmas, hemos conseguido varios presupuestos pero aún no sabemos por cuál decantarnos porque tampoco es que nos hubiéramos interesado antes en este tema y nos falta mucha información para poder hacer una verdadera valoración a conciencia.

Para empezar, ¿cuál es mejor? Zurich, Securitas, Prosegur… no tenemos ni idea. Cuando piensan en contratar un seguro miras la letra pequeña y todas las cláusulas para ver cuál es la que más te conviene y qué cubra cada compañía pero en esta ocasión me da igual lo que cobra por lo que quiero es contratar a la que más seguridad me dé con el fin de  que nadie acceda a mi casa sin mi permiso.

Hace unos días leímos un post en un blog para saber cómo elegir una buena alarma para casa y aunque buenos, los consejos que encontramos eran bastante obvios como aseguraste primero de que son empresas registradas y de qué tipo de vivienda tienes para elegir un servicio u otro dependiendo de las necesidades. Al final, lo que siempre queda, es optar por una al azar y esperar a haber acertado.

De todos modos muchos vecinos aseguran que sólo con poner el cartel de información de que tienes una instalación de alarma hecha en casa es suficiente, porque ya disuade a muchos ladrones de entrar en tu vivienda.

Sea como sea, a lo que no estoy dispuesta, es a renunciar a los viajes, a las escapadas y a los campings porque, al fin y al cabo, es lo que nos da ánimo para seguir, para disfrutar, para poder decir que estamos recorriendo mundo y ahora que se ha convertido en un hobby familiar no voy a dejarlo escapar por miedo, de eso nada.