Ruta por los pueblos negros

Los llamados pueblos negros tienen ese nombre por su aspecto. En estos pueblos de Guadalajara abunda la pizarra, lo que ha hecho que se usara de forma tradicional como elemento clave en su arquitectura, por lo que tienen ese aspecto oscuro.

Siempre he sido un enamorado de la pizarra, pero el visitar estos pueblos me convenció para que el techo de mi chalet fuera de pizarra. Después de buscar muchas empresas, terminé apostando por la empresa de la web de ardoises-despagne.net. De verdad que su profesionalidad y amor a este material me terminaron por convencer.

Al haber aprovechado estos pueblos sus recursos, hoy tenemos un bello paisaje, donde priman un tipo de construcción de viviendas que tienen volúmenes compactos y ventanas pequeñas, haciéndonos intuir que los inviernos en esta zona de nuestro país son duros.

Este tipo de arquitectura se encuentra en las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia, merced a las Sierras de Ayllón y Alto Rey. En la provincia donde más abundan este tipo de pueblos es en Guadalajara, que fue donde estuvimos.

Lo cierto es que, aunque Guadalajara tiene los más famosos, Madrid merece una mención por Patones de Arriba, que es uno de los pueblos más encantadores de España.

Si queremos visitar los pueblos negros de Guadalajara tenemos 5 pueblos y solo hay 46 pueblos entre uno y otro. Esta interesante ruta sería por Campillejo, El Espinar, Campillo de Ranas, Robleluengo y Majaelrayo.

Exitosa para el turismo aunque poco poblada

Entre todos estos pueblos destaca Campillo de Ranas como el más representativo, Campillejo, El Espinar y Robleluengo son pedanías. Para hacernos una idea, el número de habitantes entre los 5 habitantes hace 3 años era de 300 habitantes. Es una zona que parece olvidada por la civilización, algo triste el fenómeno de la despoblación. Aunque no quita que siga siendo atractiva desde el punto de vista del turista.

Existe una buena oferta de casas rurales para todo el que quiera escaparse, destacando sus restaurantes de cocina tradicional y empresas que ofertan experiencias de turismo activo. Un sitio que me pareció encantador fue la Ciudad Encantada de Tamajón, que se encuentra en un entorno natural que está poblado de sabinas, enebros y encinas. La erosión que el agua ha provocado en ella durante milenios ha ido dando a un conjunto realmente singular de formaciones de la naturaleza, caso de cuevas o arcos.

Mi casa está en la Sierra de Guadarrama en Madrid, pero me ha gustado tanto la zona, que además del techo, he querido revestir al final los muros y la entrada de la casa con pizarra negra, una manera de rendir homenaje a esta zona de nuestro país de gran de belleza.

Si sois como yo unos enamorados de la pizarra, os recomiendo que os informéis bien del tipo que queréis. Es necesario depositar la confianza en una empresa que realmente sea especializada en este tipo de pizarra. Los resultados, creedme merecen mucho la pena y me reafirman en lo que suelo hacer con los vecinos de mi urbanización, recomendarles que utilicen pizarra, el color al gusto del consumidor, claro está, pero las ventajas son evidentes y en su interior, conservan mejor la temperatura las casas, un atractivo más que sumar a las bondades de la pizarra.