Llega el verano y como cada año empezamos a mirar lugares a donde ir. Unos se decantan por no cruzar las fronteras y otros prefieres irse a investigar mundo lejos de su país de residencia. Unos se van de acampada, otros a casas rurales y otros a grandes hoteles de lujo como Mercer Hotels en Barcelona. Otros, la mayoría por economía, deciden quedarse en casa disfrutando de los mejores rincones de su ciudad. Y es que, sean como sean, las vacasiones ofrecen muchísimos beneficios las mires o las plantees como quieras.
¿Qué pasaría si mandamos a un grupo de personas dos semanas a Tailandia y dejamos en casa con su rutina habitual a otro grupo de personas? Tal vez todos penséis que los que se han ido de viaje vienen mucho mejor sólo por la ociosidad y la aventura de ver un sitio nuevo pero no es únicamente eso.
La organización sin ánimo de lucro Nuffield Health llevó a cabo dicha investigación y lo que hicieron fue medir la incidencia que habían tenido esas vacaciones comparando los resultados de determinados valores al principio de esas dos semanas y tras finalizarlas. Principalmente lo que comprobaron es que se mejoraron los valores de la presión arterial, la calidad del sueño y, por supuesto, los niveles de estrés, tanto si comparamos al mismo grupo de personas antes y después de irse a Tailandia como si los comparamos con el grupo de personas que se quedó en su lugar de residencia.
Obviamente el incremento del buen estado anímico también se pudo observar en todas estas personas e incluso, en algunos casos, una pérdida de peso.
El problema es que estas consecuencias positivas no van más allá del mes, es decir, que ese estado de optimismo y de mejoría en cuestión de la salud sólo se queda con nosotros, en la mayoría de los casos, unos 15 días y nadie sobrepasa el mes por lo que en poco tiempo nuestra presión arterial y el nivel de estrés vuelve a estar donde se encontraba antes de las vacaciones.
Algunos expertos aseguran que a veces es mucho mejor repartir las vacaciones a lo largo del año antes que disfrutarlas de golpe en los meses de verano. Es decir, repartir tus 30 días vacacionales de manera de que tengas vacaciones más veces pero menos tiempo. Esto beneficia notablemente la salud y el bien estar físico y psíquico de las personas, incluso a veces el bienestar social.
Sea como sea, la conclusión es que necesitamos vacaciones tanto como el respirar y aunque no podamos irnos a hoteles de 5 estrellas en Barcelona, París o Londres lo que sí podemos hacer es adaptarnos a nuestro tiempo y presupuesto y disfrutar de nuestro tiempo libre como si no hubiera un mañana. Hay que mezclar ocio y salidas con relajación y descanso y, por supuesto, intentar desconectar de todos los problemas que llevamos a la espalda en nuestra vida rutinaria. Eso sí, como siempre desde este blog recomendamos las vacaciones rurales y en medio de la naturaleza porque no puede haber nada mejor para nuestra salud.