Organizar un tour por varias ciudades puede ser un verdadero caos si no nos andamos con cuidado. Tener que reservar habitaciones de hotel en cada una de ellas multiplica el trabajo, puesto que es necesario obtener información acerca de varias opciones de hospedaje en cada ciudad. ¿No te parece incómodo tener que estar pendiente de todo ello cuando lo único que te apetece es relajarte y disfrutar?
Desde luego que lo es. Y por eso es necesario que valoremos alguna otra alternativa de viaje. Al final, el buscar varios hoteles en distintas ciudades también infla el desembolso para nuestras vacaciones y esta cuestión no es algo que nos haga especial gracia. En la alternativa que os voy a presentar a continuación se recoge y se palia el problema económico que implica el hacer un tour por varias ciudades.
El planteamiento que os traigo es el de hacer vuestro tour en caravana. Es lo que hicimos el año pasado mi mujer, mi hija y yo para ir a Francia, y la verdad es que no nos arrepentimos en absoluto porque las vacaciones nos salieron bastante baratas y resultaron muy intensas y divertidas. Visitamos varias de las ciudades más impresionantes del país galo y nos tuvimos que preocupar solamente acerca de dónde aparcar el vehículo, sin más.
¿Cómo conseguir una caravana? Resulta relativamente sencillo alquilar una. Nosotros, por ejemplo, hemos depositado nuestra confianza en www.caravanas-cruz.com, una empresa que se dedica al alquiler y venta de este tipo de elementos tan necesarios a veces para familias a las que nos gusta viajar y conocer nuevos lugares sin tener que estar pendientes de reservar una habitación.
En dicha empresa pudimos conseguir una caravana bastante buena. Equipada con varias camas, cocina con todo tipo de menaje, cubiertos, televisión entre otras cosas, tenía también bien cuidados los neumáticos y todos los elementos necesarios para una conducción segura y eficiente. Éste nos parecía una condición fundamental, porque a fin de cuentas nos disponíamos a conducir un vehículo que no era el nuestro y no hacerlo en unas buenas condiciones era desde luego ponerse en peligro.
El precio del alquiler nos pareció bastante asequible, por lo que decidimos finalmente organizar nuestro viaje teniendo la caravana como nuestro medio de transporte y a la vez nuestro sitio de descanso.
¡A viajar y disfrutar!
Así las cosas, pusimos rumbo hacia nuestro destino: Francia. Nos disponíamos a visitar buena parte de la geografía gala. Empezaríamos por Burdeos y sus amplias y jugosas viñas, continuaríamos por Normandía antes de llegar al que era el objetivo principal del viaje, que no podía ser otro que París, la capital. Finalmente, Estrasburgo (mi mujer estaba deseosa de visitar el Parlamento Europeo), Lyon y Marsella serían nuestros últimos destinos. Una vuelta completa al país del hexágono, a un país al que nunca habíamos ido y que teníamos un interés especial por conocer.
Durante el tiempo que pasamos en Francia la caravana no nos dio absolutamente ningún problema. Yo era el que conducía, me adapté rápido a los mandos y, como el vehículo se encontraba en perfectas condiciones, no tuvimos ningún problema. En cuanto a la vida en el interior, nos fue sencilla y agradable. Teníamos espacio, no estábamos agobiados ni mucho menos en su interior y eso nos permitía estar mucho más tranquilos y relajados. En cuanto a las labores culinarias, no tuvimos ningún problema a la hora de llevarlas a cabo. Teníamos material de sobra para llevarlas a cabo sin ningún problema, algo indispensable en un viaje como aquel, que siempre recordaremos y que algún día volveremos a repetir.