Con la llegada del final de agosto, se acerca la tediosa etapa de depresiones postvacacionales provocadas por el fin de las vacaciones. Empieza la terrible cuesta de septiembre, sin duda un momento de cambio en el que pasamos a la vida normal que genera el final del verano. Aunque esto último no es tan seguro, ya que el verano suele retrasar su final hasta noviembre, algo clásico en los últimos años en las zonas de costa de España. Sigue leyendo